En unas semanas concluirá mi labor en la DRE – Amazonas, sé que muchos dirán ¡¡¡Por fin!! Y yo también seguro que tendré la misma frase, pero con un sentir diferente, pues esta responsabilidad es una tarea que requiere mucha dedicación, dejar de lado proyectos personales, familiares, para dedicarle entre 14 a 18 horas diarias a solucionar problemas, a entender posiciones, conseguir recursos, atender necesidades, sobre todo eso, a atender necesidades que en educación son enormes.

Muchos han dicho a modo de crítica que me he dedicado más a la zona bilingüe, yo me alegro con esa crítica porque si se reconoce eso, entonces mi paso no fue solo de paso, la zona Awajún Wampís tiene una enorme brecha en todo aspecto, por ello la intervención inmediata, con estrategias, planes y recursos, son vitales para lograr su desarrollo, lamento decir que los próximos 8 años no vamos a tener resultados académicos importantes en la zona, pero si podemos comenzar a construir la “estructura” en donde pueda sostenerse el servicio educativo y en base a esa “estructura” podamos recién darle una calidad sostenible en el tiempo, soñar con mejora de los aprendizajes y tener logros destacados para este sector de nuestra región Amazonas.

¿Cuál es esa estructura? muchos pueden creer que es la física, de las construcciones de colegios, la del equipamiento y mobiliario, la de los materiales educativos; aunque esas son de necesidad extrema y se debe gestionar recursos para ir atendiéndolas con premura. 

Hay una que es la más importante, una necesidad tan imperativa que de ella depende que nuestras comunidades Awajún y Wampis sobrevivan como como cultura, como nación dentro de la “gran nación” 

De esto depende que los niños del Cenepa, que hoy tienen la incidencia más grande de anemia y desnutrición crónica del país, sueñen con un país del que haga algo por ellos; de eso depende que la juventud que hoy mira la vida con más temor al VIH que a la falta de oportunidades, miren el futuro con la expectativa del jovencito costeño que se acaba de graduar en una universidad, de eso depende que los cientos de niños y niñas de Condorcanqui e Imaza que son violentadas por quienes deberían cuidarlos, sientan que nacer tuvo alguna razón, de eso depende que los productores de plátano de Río Santiago –a quienes he visto personalmente– sepan que hay una economía de libre mercado que tasa sus productos 5 veces más del precio que el angurriento comprador ecuatoriano les paga en la zona fronteriza de Tiwinza. 

Podría decir –en mi modesta opinión– que, de no evidenciarse pronto, acciones claras para desarrollar a las personas clave en la zona bilingüe de Amazonas, vanos serán los esfuerzos por desarrollar cualquier otro aspecto de la comunidad.
LA CLAVE, EL DESARROLLO DE LÍDERES

Y justamente ha sido prioritario desarrollar a mi equipo de directivos de UGEL, entre ellos Gumercinda y aunque ella ha nacido con el don y lo ha desarrollado, hemos tratado de darle además de la confianza, los espacios para crecer, desarrollarse, gestionando junto a ella ante el ministerio el coberturar sus necesidades, fue ella la mujer valiente –porque hay que ser valiente en verdad– que alertó sobre la situación de violencia contra estudiantes en una de sus comunidades, que luego se hizo noticia nacional, fue ella la que ha liderado y respaldado la llegada de Enseña Perú, que dicho sea de paso, está contribuyendo y seguirá contribuyendo en ese objetivo.

Gumercinda en un evento del consejo nacional de educación, participando en la elaboración del  pen al 2032


Para lograr ello, las autoridades de diversa índole que quieren de corazón ver a la comunidad Awajún y Wampís desarrollarse, deben bajar a las comunidades, escuchar primero, hablar con claridad, cumplir su palabra, sus compromisos, y una vez conocedores, plantear estrategias, para desarrollar a su gente, a sus líderes, estoy seguros que hay decenas de Gumercindas, esperando esa oportunidad de desarrollarse y después de crecer, ayudar a crecer a sus familias, a su organización a la comunidad.

Finalmente, quiero decir gracias, gracias a la comunidad Awajún, Wampís; gracias cada líder o lideresa de las organizaciones sociales, con quienes hemos tenido diferencias, pero que podemos sentarnos en cualquier momento y lugar en una mesa con alegría y respeto, gracias Gumercinda, porque sin tener un nivel en la escala magisterial, sin tener un grado de maestría, has sido una maestra para mí y para muchos que te han conocido y los has inspirado, para quienes eres y seguirás siendo, Simplemente Gumer.