Por Edgar M. Julca Chuquista

Líder Educativo - Amazonas

Para quienes se perdieron por algún motivo el primer episodio, les dejo el link https://edgarjulca.lamula.pe/2018/10/23/gumer/edgarjulca/  para leerlo y comprender de manera exacta esta segunda entrega. 

En resumen, la primera parte narra el primer día de labores como Director Regional de Amazonas, interrumpida por un llamado urgente de Imacita –cuya UGEL no tenía Director– finalmente las voces coinciden y en el trayecto decidimos proponer a Gumercinda, como la nueva Directora de la UGEL Imaza, "parece" que la solución se había dado, este es el segundo episodio.

Decimos "parece", pues teníamos el nombre y no había duda, no recuerdo hoy ningún otro nombre propuesto, aparte de Gumercinda, confiados ahora necesitábamos ponernos en contacto con ella, ya habíamos pasado Bagua y los que conocen la velocidad promedio de Nilo –nuestro chofer– saben que nos faltaban menos de 3 horas para llegar a Imacita –sede de la UGEL– en donde nos esperaba una comunidad, por decirlo menos, “impaciente” y teníamos que tomar acciones rápidas. Nuevamente valiéndome de Esaú y del profesor Segundo Quincho –Director de la Ugel Bagua– que se unió al periplo en Bagua y aprovechando la débil señal telefónica que en algunos lugares del trayecto se puede tener, logramos comunicarnos telefónicamente con Gumercinda, a quien queríamos por lo menos saludar y proponerle la responsabilidad antes de nuestra llegada a Imacita.

foto inédita con compañeros de viaje , en el muyo, rumbo a imacita


LA REUNIÓN PREVIA

El lugar perfecto era Chiriaco, capital del distrito, pueblo de mayoría hispana, que se encuentra a unos 20 minutos antes de Imacita, el lugar era el Instituto Tsamajaín, a donde llegó Gumercinda casi al mismo tiempo, flanqueado por dos “asesores” ambos profesores Awajún, quienes le hablaban e interrumpían nuestra conversación y al hacerlo nos ponían en aprietos, pues al desconocer completamente la lengua, no sabía cuáles eran los consejos que de ellos recibía al mismo tiempo que escuchaba nuestra propuesta, tuve que pedir muy respetuosamente –hasta por precaución– que mientras durara esa conversación, habláramos todos en español, accedieron de no muy buena gana y no volvieron a interrumpir más, creo con certeza que desde ese momento Gumercinda y yo nos hemos comunicado sin interrupciones de ningún tipo, siempre sus palabras han sido claras y a juzgar de las cosas que hemos vivido, las mías también. 

Puedo decirlo hoy –pues ya ha pasado un buen tiempo y todos ellos son hoy mis amigos y hemos aprendido en estos años a respetarnos y a apreciarnos sinceramente– que me perturbaba la desconfianza con el que todos –incluida Gumercinda– nos escuchaban, era la primera vez que trataba con ellos, sin embargo recibían cada palabra con poca credibilidad, no entendía por qué, los siguientes viajes pusieron en evidencia la razones, siempre han sido engañados, postergados, aislados, usados y eso generaba en todo visitante hispano un áurea de casi nula credibilidad, y en ese momento era yo el “hispano” y era interesante ese apelativo que se decía y se sigue diciendo con naturalidad, con frases muy comunes como, “el Awajún es así” “el hispano no conoce” y otros; nunca antes de esa viaje me había sentido extranjero, hispano, chapetón, peninsular en mi propia selva amazónica, siendo yo mismo amazónico, siendo yo mismo selvático, pero sigamos.

Ya con Gumercinda en la camioneta y habiendo ella aceptado la designación, nos dirigimos –ya sonrientes– rumbo a Imacita, en donde nos esperaba, la comunidad y sus líderes, sus líderes Awajún y sus líderes "hispanos", sonreía a todos como siempre estilo, y muy pocos me correspondían el gesto y me comenzaba a preocupar, nos adentramos a la oficina de la dirección y tras nuestro ingresaron una docena de autoridades y líderes de las organizaciones sociales, –muy activas en las comunidades Awajún y Wampís– era las 10 de la mañana, no sabía en ese momento, que pasarían casi 6 horas hasta llegar a un mediano acuerdo ese día, pero esa dejémosle al siguiente episodio.

Hasta entonces.