Chachapoyas, Amazonas, Perú

Enero 2 - 2017

La emoción, los abrazos, los saludos protocolares, las felicitaciones en las redes sociales, los buenos augurios de familiares y amigos en sus llamadas telefónicas, fueron interrumpidas por una noticia en la radio, “organizaciones sociales de Imaza preparan toma de UGEL por falta de su Director” y por una llamada del Dr. Yesper Saravia, Gerente de Desarrollo Social en ese entonces que me decía de manera imperativa. “Director Edgar, debe trasladarse a Imaza” Chanfle, dije dentro de mí, y ¿dónde queda eso? Es por Bagua, me dijeron, es la gente que promovió el “Baguazo” escuché decir a una motivadora voz.

Los viajes han sido parte permanente de mi trabajo desde el año 2009, van ya 10 años en este constante arreglar maletas, hacer los chek in, evitar equipaje en bodega para avanzar, preparar el carro, tanquear, evitar policías con un saludo jovial, pasar los rompe muelles esquivando  los neumáticos del lado derecho para evitar el salto, cada viaje es para mí, aun cuando sea por el mismo sendero, genial, embaucador, revelador, palpitante.

LAS CHALUPAS, LOS PEQUE-PEQUES, LAS CANOAS Y BOTES, LOS MÁS COMUNES MEDIOS DE TRANSPORTE EN LA SELVA DE AMAZONAS

Pero este era un viaje diferente, era el primero de muchos, y lo sabía, no había temor, había expectativa, no importaba mucho el camino, la distancia, la velocidad a la que Nilo, nos llevara, el reto era muy complicado, casi una tarea imposible, “tener un director de la UGEL Imaza, para la tarde del 3 de enero, es decir para esa tarde" además de apaciguar los ánimos caldeados y tratar de iniciar el año escolar, con las "aguas calmadas".

Había un pequeño detalle en la tarea de ese día, no conocía a nadie, no tenía ni la menor idea de quién debería ser, no era consciente a que extremo podrían llegar las molestias de la comunidad, pero hay algo que siempre ha funcionado en los momentos difíciles, en los que he tenido que afrontar situaciones algo parecidas; sabía y hoy lo puedo asegurar, que cuando el corazón está dispuesto a dejarse guiar, a escuchar consejos y a estar alerta ante las mínimas señales para ir dando  pasos seguros, las cosas se van aclarando, suena medio facilón, ya verán que no fue tanto así.

Los compañeros de viaje

Pensamos junto a Elver y Esaú que me acompañaron en este primer viaje de tantos. Si no conocemos a nadie, hay gente que si conoce a los buenos maestros, es que el buen maestro, el maestro líder, el maestro gestor, aun cuando no tiene un cargo, trasciende, se deja ver, aunque no sea esa su intención; comenzamos las llamadas, al alcalde, a los gestores, a algunos líderes de las organizaciones sociales con el que Esaú, conocedor de la comunidad, tenía contacto y un nombre se repetía entre los mencionados en cada llamada que hacíamos, GUMERCINDA, en poco menos de dos de las 6 horas de viaje ya estaba decidido, teníamos a la elegida, pero ni ella ni nadie sabía, me sentía como Samuel, en la historia bíblica, rumbo a la casa de Isaí, cuando aquel que pastaba tranquilamente las ovejas, tenía la marca de Rey, pero nadie ni el mismo lo intuía siquiera. Nosotros también, cual Samuel, teníamos nuestro David.

Colorín Colorado, esta historia, nada de cuento, recién ha comenzado...

Hasta la siguiente entrega.