El nombramiento anticipado de la millonaria Betsy DeVos activista de reformas educativas, como Secretaria de Estado en asuntos educativos - rango de ministro si comparamos con el sistema político peruano - ha generados grandes perspectivas en unos y los más acalorados repudios de otros en los Estados Unidos. 

¿Cuál es la razón? La propuesta más importante y más conocida de Betsy DaVos, por la que ha luchado y ha logrado general legislación en su estado, Michigan, ha sido la de incentivar que los padres usen fondos públicos mediante bonos asignados, para llevar a sus hijos a la escuela que deseen, sean éstas privadas o religiosas.

Haber vayamos por pasos. ¿Qué ha planteado la futura “Ministra de Educación” de los Estados Unidos, que ha generado tanto entusiasmo en el también millonario Donald Trump para decir al momento de su presentación?  “Betsy DeVos es una brillante y apasionada defensora de la educación. Bajo su liderazgo reformaremos el sistema de educación de EE.UU. y romperemos la burocracia que está frenando a nuestros hijos para que puedan acceder a una educación de clase mundial y opciones de escuelas a todas las familias”

Quiero centrarme en la parte en el que el electo Presidente de los Estados Unidos dice textualmente “romperemos la burocracia que no permiten a nuestro hijos acceder a una educación de clase mundial”. La pregunta que nos hacemos los mortales de los países que vemos a Estados Unidos, como la panacea educativa mundial, es ¿Cómo es posible que en el país más poderoso del mundo los niños y jóvenes no puedan acceder a una educación de clase mundial?, ¿No es la educación norteamericana el sueño de cualquier joven de cualquier punto cardinal del mundo? Pues la verdad es fácil de explicar en dos frases. Educación pública y Educación Privada.

Lo que propone la nueva “Ministra de Educación” es un desembolso de miles de millones de dólares que serían direccionados mediante bonos económicos para que los padres puedan elegir el colegio que deseen para sus hijos, pagando con estos bonos los altos costos de la educación privada.

Seguramente Randi Weingarten quien es la secretaria general de la Federación Americana de Maestros (AFT, en sus siglas en inglés, el sindicato docente más poderoso de los Estados Unidos) ya puso el grito en el cielo por tal despropósito, pues de hacerse efectiva esta acción los padres de familia, de mayoría protestante que ve con cierta reticencia la educación pública en el que se ha sacado la Biblia o los crucifijos de los colegios y en el que se prohíbe hablar de temas religiosos, correrán tras sus colegios y universidades denominacionales para hacer uso de esos bonos y alcanzar económicamente a eso que Trump llama, “educación de clase mundial” que en realidad para las legiones de bautistas, metodistas, adventistas del sur que pueden ver en esta frase una más cercana a ellos “educación de clase mundial y con los valores que profesa mi familia”, dejando las aulas de las escuelas, colegios y universidades estatales con merma de alumnos y maestros desempleados.

SERÍA VIABLE ALGO ASÍ EN PERÚ

Según informe de la OCDE, el gasto público anual en el Perú por alumno es US$1.100. El promedio en el mundo es US$8.000 En países como Chile, el mismo gasto es de US$2.500.

Jaime Saavedra, nuestro actual Ministro de Educación, ha puesto los ojos en estas cifras y la misma ha ido incrementándose de US$800 dólares aproximadamente que se invertía hace 4 años y la tendencia en el actual gobierno es incrementarla.

Teniendo en cuenta que US$1.100 dólares al cambio del día, es una cifra de 3.700 soles. La gran pregunta para usted lector es. ¿Qué harías si el siguiente año el estado decide otorgarle un bono de S/. 3.700 para la educación de cada uno de sus hijos? ¿Acaso no correría de inmediato a verificar la calidad académica, la infraestructura, la plana docente, el plan de enseñanza de valores de las escuelas de tu ciudad y separaría la matricula en el mejor o el que responda a las necesidades y las expectativas familiares? Seguramente la respuesta sería un clamoroso Siiiii…

Quiero imaginar entonces lo que pasaría de inmediato:

- Los colegios estatales tratarían de mejorar su nivel para evitar la fuga masiva de estudiantes.

- Los promotores de las escuelas y colegios privados de todo el país, harían todos los arreglos necesarios para captar esos “bonos” alumnos en sus colegios.

- La empresa privada emprendería proyectos de educación masiva privada serios, tales como las iniciativas aunque escasas que ya están hoy en el mercado, como Innova School y Pamer.

- Los colegios denominaciones - promovidos por sectores religiosos - el más poderoso de ellos el Consorcio Católico, el más grande de todos en el país los Colegios Adventistas, y pequeñas iniciativas como los colegios Internacional Elim y otros surgirían de inmediato captando porque no, al 100% de los hijos de sus fieles y aglutinándolos en sus aulas, en donde se impartiría además de las programaciones exigidas por el estado a través del MINEDU, los valores y principios que se ven mellados de manera permanente en las actuales escuelas no solo públicas sino también privadas.

- Finalmente el estado, tendría realmente la labor de regular, mediante el SINEACE se ejercería un fuerte control para que los bonos sólo sean usados por colegios que lleguen a tener verdaderos estándares de calidad.

Interesante, ¿verdad? Veremos qué es lo que pasa con este quiebre de 180 grados que quiere dar Donald Trump y su millonaria Secretaria de Estado en los Estados Unidos y quien sabe la ola, cual tsunami, atraviese fronteras y llegue a Latinoamérica, cosa que no sería tan nuevo ya que Chile por ejemplo, que aunque muy criticado, ya tiene el modelo de escuelas privadas, subvencionadas por el estados algo similar a lo que Trump tiene en mente poner en práctica en breve.

El tiempo será el que nos señale si la ruta iniciada por lo Estados Unidos con esta designación dará los resultados esperados…